Abuso emocional

¿Qué es el abuso emocional?, ¿Cuáles son las señales?, ¿Qué consecuencias tiene? Éstas y otras respuestas son las que trataremos de abordar en éste artículo.

El abuso emocional o psicológico es un tipo de violencia; un maltrato «silencioso» que se da en aquellas situaciones en las que gente significativa para la persona maltratada, le hacen sentir mal, descalificada, humillada, discriminada, ignorando o menospreciando sus sentimientos, sometiendo su voluntad o subordinándola en distintos aspectos de su existencia que inciden en su dignidad, autoestima e integridad psíquica y moral. El término silencioso hace referencia a la idiosincrasia del tipo de abuso, en el que no se pueden observar a simple vista cardenales o heridas, aunque tal vez sería más indicado el término maltrato «ciego», debido a la dificultad de ver a «simple vista» este tipo de conductas abusivas.

Cuando se establece una relación entre dos personas, donde una tiene poder sobre la otra, empieza a existir una responsabilidad afectiva, donde hay que saber que cualquier acción intencionada o no, puede generar un maltrato emocional.

Ejemplos de abuso emocional son la miseria afectiva, el abandono emocional, la falta de empatía, la descalificación, la violencia verbal, los insultos, las amenazas, el control excesivo, la extorsión afectiva, la culpabilización, la presión económica, los sarcasmos, la coerción, las críticas destructivas, el desprestigio de los vínculos del sujeto (descalificación de sus amistades, familiares o pareja), el aislamiento emocional, las burlas y cualquier tipo de castigo que no sea físico.

El abuso emocional puede venir acompañado de maltrato físico o no, pero cuando existe maltrato físico siempre se combina con el abuso emocional.

Señales

Los signos de un maltrato físico suelen manifestarse y son visibles, sin embargo, los signos de un abuso emocional a veces son difíciles de detectar. A diferencia del abuso físico, el abuso emocional se hace y se recibe a menudo sin que las personas del entorno de la víctima se den cuenta. Lo peor de todo, es que la víctima tampoco se da cuenta ya que la profundidad del abuso suele incrementarse de manera paulatina, haciendo que la víctima justifique por aproximación maltratos que nunca habría aceptado de haber empezado de manera radical.

El abuso emocional puede ser más perjudicial que el abuso físico, ya que puede destruir nuestra autoestima y todo aquello positivo que pensamos sobre nosotros mismos. Puede paralizar todo lo que estamos destinados a ser: lo permitimos, y lo convertimos en algo falso para definirnos erróneamente. El abuso emocional puede ocurrir entre padres e hijos, marido y mujer, entre familiares, entre compañeros de trabajo y jefes, y entre amigos.

El abusador suele proyectar sus palabras, actitudes o acciones sobre la víctima o víctimas que ha elegido. Es una de sus estrategias preferidas para evadir cualquier conflicto cognitivo que pueda poner en entredicho su falsa autoestima y además es una forma de atacar la de la propia víctima, haciéndola dependiente y creando en ella un sentimiento de desamparo.

Formas de abuso

Mediante una gran diversidad de comportamientos verbales y no verbales logran que la víctima se sienta vulnerable y con una autoestima baja, logrando manipularla más fácilmente y al inocular inseguridad y baja autoestima, será más fácil que la víctima se mantenga a su lado por largo tiempo, ya que habrá interiorizado que no es dign@ de tener otra persona mejor a su lado. Algunos comportamientos que llevan a cabo son:

  • Humillación. Van a realizar burlas delante de los demás o en la intimidad para ponerse en una situación de superioridad.
  • Degradación. Van a realizar comentarios devaluando a la persona víctima, de forma que siempre habrá algún rasgo o aspecto físico o de personalidad que podría ser mejor con algún cambio o simplemente reproche.
  • Negación. Van a negar haber dicho o haberse comportado cuando le recordamos su actitud. Apelarán a no recordar, o directamente tachar de mentiros@ a la víctima.
  • Juzgar. Opinan sobre las creencias, opiniones o pensamientos de forma negativa, haciendo sentir mal a la víctima por ello.
  • Rechazo. Van a ignorar o minimizar los logros, opiniones, sugerencias o sentimientos de la víctima.
  • Criticar. Realizan críticas nada constructivas y muy destructivas acerca de sus éxitos.
  • Aislamiento. Tratará de aislarle de sus amistades y familiares.
  • Luz de gas. Van a hacerle dudar de su cordura y de su propio criterio apelando a comentarios como «estás loc@».
  • Bombardeo afecto. Le va a dar pequeñas dosis de estímulos que le gusten. Sólo para «engancharle» -inicialmente o de nuevo- y posteriormente poder devaluarle de nuevo sin peligro a que se aleje. La pequeña dosis de afectos junto la fase de devaluación provocará en la victima una disonancia cognitiva que permitirá que esté permanentemente buscando esta fase dulce y preguntándose «qué sucedió para que todo esto cambiara», el resultado es un enganche por su parte perpetuo.
  • Tratamiento silencioso. Van a castigarle con el silencio cuando no logren manipularle con algo que desean. Hablarán con el resto pero la víctima no. La víctima se dará cuenta y se preguntará porque. También estarán días ignorándole en el mismo techo y pasarán por su lado sin dirigirle una palabra. Esto provoca incertidumbre y vulnerabilidad. Saben que la víctima hará lo que sea porque todo vuelva a la normalidad. Saben que estará días sufriendo. El resultado vuelve a ser enganche.
  • Provocación, intimidación. En ocasiones, pueden intentar provocar en la víctima una reacción mediante comentarios que saben que le van a hacer daño y va a defenderse, o mediante amenazas. Esperan que reaccione. Es muy probable que lo hagan en público con el fin de devaluar a la víctima mediante desprestigio y usando tu reacción para mostrar que la mala es la víctima.

Cómo detectar el abuso

Poder detectar un abuso emocional es realmente difícil.

La víctima no suele ser consciente de ello hasta que las heridas son demasiado profundas.

incluso en ese momento, le resultará emocionalmente muy complicado poder escapar de las garras de su maltratador.

Por ello, debemos conocer algunas señales que pueden indicar que una persona o nosotros mismos estamos sufriendo un abuso emocional por alguien cercano a nosotros. Y entre esas señales están:

  • Baja autoestima.
  • Falta de confianza y seguridad en sí mismo.
  • Estado de ánimo bajo.
  • Asilamiento de personas cercanas, como amigos o familia.
  • Angustia constante, aunque no existan motivos aparentes.
  • Sentimiento de vergüenza.
  • Miedo continuo.
  • Culpabilidad.
  • Actitud pasiva y obediente.
  • Sentimientos de humillación, vergüenza o culpa.
  • Depresión.
  • Inestabilidad del sueño con pesadillas.
  • Automutilación.
  • Extrema dependencia afectiva.
  • Anorexia, bulimia.
  • Drogodependencia.
  • Se puede llegar incluso a intentos de suicidio.
  • Estrés crónico.
  • Pensamientos catastrofistas.
  • Nerviosismo, y un estado de alerta continuo.
  • Preocupación extrema.
  • Retraso madurativo en niños.
  • Accidentes frecuentes en niños.
  • Trastornos de aprendizaje en niños.
  • Trastornos psicosomáticos en niños.

¿Cómo recuperarse de un abuso?

Una de las cosas más importantes que debe hacer toda víctima de abuso emocional, es identificar el abuso que está sufriendo, y de ese modo pueda tomar las decisiones que le permitan salir de ello. La toma de conciencia de todo lo que está ocurriendo, es el primer paso para que la persona maltratada pueda liberarse.

Una vez que la víctima puede identificar el maltrato, y haya tomado la decisión de escapar de las garras de su maltratador, debe recuperar todo su círculo familiar y social. Tanto su familia directa como sus amistades más cercanas deben de proporcionarle todo el apoyo que necesite. Es fundamental que la víctima siempre se vea respaldada por las personas que quiere, y que le quieren de verdad. Ello le proporcionará la fuerza que tanto necesita.

Por último, remarcar que toda víctima de un abuso emocional, tiene que buscar ayuda profesional especializada que le ayude a reconstruir su identidad y su autoestima, así como su propia vida. Hay que ir sanando poco a poco todas las heridas emocionales que el abuso ha generado. De ese modo la victima podrá volver a encontrarse a sí misma, recuperar su confianza, seguridad e identidad. Con el tiempo, podrá ser libre de muchas ataduras psicológicas que le permitirán ser feliz y recuperar una vida perdida.

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