El estrés

Todos hemos oído hablar del estrés, e incluso muchos hemos mencionado alguna vez que estamos “estresados”, pero ¿qué significa?, ¿qué tipos de estrés existen?, ¿cómo gestionarlo?

¿Qué es el estrés?

El estrés puede definirse como un conjunto de reacciones fisiológicas que se presentan cuando una persona sufre un estado de tensión nerviosa, producto de diversas situaciones en el ámbito laboral o personal:

• exceso de trabajo
• ansiedad
• situaciones traumáticas que se hayan vivido, etc.

Cuando una persona se ve envuelta por un exceso de situaciones que superan sus recursos, se ven superados para tratar de cumplir con las demandas que se le exigen para superarlas y experimentan  una sobrecarga, puede llegar a influir en el bienestar tanto físico como psicológico y personal.

Inicialmente, el estrés sirve como estímulo frente a situaciones importantes para la persona afectada, como puede ser la muerte de un ser querido, la ruina económica o frente a un acontecimiento social como una celebración de una boda. El estrés se manifiesta en una primera fase de activación o preparación de la persona frente a este estímulo; posteriormente, hay un periodo de mantenimiento del estado de alta actividad y, por último, cuando se ha superado la situación, se pasa a una fase de agotamiento en la que la alta actividad cae bruscamente.

Para adaptarse a las exigencias o a las necesidades activamos el proceso del estrés que permite adaptarse y se manifiesta con reacciones como agilizar el pensamiento, emplear una conducta más enérgica, aumentar la eficacia para superar determinadas situaciones con éxito. A lo largo del día podemos vivir estrés sin consecuencias negativas, además puede favorecer al aumento de la autoestima al lograr incrementar el rendimiento y superar los retos y metas fijadas. Esto es el llamado eustrés.

Sin embargo, empieza a ser perjudicial cuando no se recuperan la energía o los recursos gastados. Si sucede esto se produce un desgaste importante del organismo. A este tipo de estrés negativo se le denomina diestrés y será el objeto de nuestro estudio.

Tipos de estrés

Estrés normal

Las reacciones fisiológicas que se dan en nuestro organismo ante determinadas situaciones y que se definen como estrés en realidad son normales, en cierta medida. Un poco de estrés y ansiedad nos puede ayudar a afrontar y superar algunas situaciones difíciles.

Estrés patológico

Cuando el estrés se presenta de modo intenso por períodos prolongados, es muy probable que cause problemas físicos y psicológicos, transformándose en un estrés crónico y nocivo que puede provocar crisis de llanto, depresión, y diversas afecciones físicas.

Estrés post-traumático

Es aquel que se presenta después de que una persona ha vivido algún tipo de suceso aterrador, como puede ser un accidente de tráfico o un desastre natural. A consecuencia de estos traumas, la persona tiene pensamientos aterradores con frecuencia, relacionados con la situación que vivió. Este tipo de estrés puede aparecer en personas de todas las edades, pero los niños son particularmente propensos a sufrirlo.

Estrés laboral

Se le llama estrés laboral a un conjunto de reacciones nocivas, emocionales y físicas, que se producen cuando las exigencias en el ámbito laboral superan los recursos, las capacidades y/o las necesidades del trabajador. Según un estudio llevado a cabo por la OMS, el 28% de los trabajadores europeos sufre estrés laboral, y el 20% padece el síndrome llamado “burnout”.

Síntomas

El estrés puede causar muchos síntomas, tanto físicos, como psicológicos y emocionales.

Muchas veces los afectados no relacionan los signos con el propio estrés, los más frecuentes son:

  • Dolor de cabeza: es el tipo más frecuente, todo el mundo ha tenido dolor de cabeza alguna vez. El más común es el dolor de cabeza tensional (provocado por la tensión muscular que ejercemos sobre la cabeza, la mandíbula y el cuello entre otros), generado por el estrés o la ansiedad de forma habitual.
  • Problemas gastrointestinales y estomacales: diarrea, estreñimiento, dolor de abdomen
  • Falta de energía o de concentración: la gente se centra tanto en un tema, que le cuesta prestar atención al resto de cosas, perdiendo de ese modo parte de la – concentración. 
  • Cambios en el comportamiento. 
  • Problemas psicológicos: como ansiedad, depresión, falta de confianza, baja autoestima
  • Problemas cardiovasculares y musculoesqueléticas: problemas de miocardio, rigidez muscular
  • Cambios en el peso: generado por los malos hábitos alimentarios vinculados con el estrés. Los cambios de apetito suelen ir acompañados habitualmente de un estilo de vida sedentario.
  • Cansancio constante y prolongado
  • Problemas sexuales
  • Problemas de sueño: la dificultad para conciliar el sueño es una causa frecuente de estrés, afectando tanto a la cantidad como a la calidad del sueño.
  • Problemas de memoria. Al no poder concentrarse bien y no asimilar lo aprendido durante el día por la falta de sueño, no es posible que la memoria se produzca con eficacia, produciéndose problemas para acordarse de fechas, sucesos concretos y detalles.
  • Desgaste a nivel celular y envejecimiento: con el descanso se puede recuperar y hacer reversible el proceso de desgaste por estrés. Si alguien no duerme de forma continuada evitará en un estado de hiperactividad continuado y se le acumularán los sucesos estresantes. En estos casos, la persona afectada puede llegar a tener problemas de salud, tanto físicos y como mentales.

¿Cómo gestionar el estrés?

La inteligencia emocional es clave. No importa tu situación laboral o personal, todos en algún momento sufrimos situaciones donde nos sentimos sobrepasados y las responsabilidades nos bloquean.

Pero en esos momentos no todos reaccionamos igual, las personas emocionalmente inteligentes utilizan estrategias para gestionar esos momentos y poder superarlos de forma satisfactoria, pero ¿Cuáles son esas estrategias que nos pueden ayudar a gestionar situaciones de estrés? La inteligencia emocional te proporciona un paracaídas emocional y que puedes aplicar practicando:

  • Reconoce tus limitaciones
  • No seas la fuente de tu estrés
  • Utiliza la respiración profunda cuando sientas ansiedad
  • Replantéate la forma en la que miras tu situación o circunstancias
  • Ponte en el lugar de la otra persona para prevenir o reducir conflictos

Tips para ayudarte a superar el estrés

Teniendo en cuenta los problemas de salud que ocasiona el estrés y las consideraciones anteriores, algunas cosas que te recomendamos para ayudarte a superar el estrés son:

1- Hazte preguntas. ¿Qué sientes en tu cuerpo? Qué observas a tu alrededor? ¿Cómo reaccionan los demás? ¿Cuando empezaste a sentirte de una forma determinada? ¿Como te comportas cuando sientes emociones específicas? ¿La forma en la que otros te perciben coincide con tu propia percepción?

2- Identifica a tus apoyos. Puede que sean amigos o compañeros de trabajo o algún allegado ¿A quien tienes cerca para apoyarte, desahogarte y ayudarte a conseguir respuestas? ¿Hay algo que puedas aprender de ellos? Sentirnos solos o incomprendidos cuando estamos estresados puede hacer que la situación empeore, así que localiza a estas personas

3- Descubre tus “escapatorias”. Existen técnicas básicas que puedes hacer en el momento para calmarte. Por ejemplo, puede ser que descubras que tu tensión se relaja si escuchas música, haces ejercicio, respiras profundamente o te levantas a buscar agua en tu trabajo.

4- Escribe un diario. Puede ser digital o físico. Un diario te proporciona un lugar seguro para reflejar tus sentimientos, necesidades y cómo te encuentras. Simplemente el hecho de sacar fuera lo que te ocurre, a través de la escritura puede ser relajante para ti, pero el diario también te puede ayudar a identificar patrones en tu comportamiento, con lo que podrás realizar cambios positivos más fácilmente.

5- Pasa tiempo con gente nueva o haciendo nuevas actividades. Nuevas amistades y actividades puede romper patrones antiguos y ampliar tu perspectiva ante la vida. De esta manera, cuando tu perspectiva cambia puede que sientas menos ansiedad sobre tu situación o descubras nuevas formas de abordar tus circunstancias

6- Crea una buena estructura de autocuidado. Autocuidado básico, tales como tener una dieta saludable, dormir bien o acciones como reírse, relajación o mindfulness impactan drásticamente en tu regulación emocional.

7- Practica ejercicio de forma regular. El ejercicio te permite liberar hormonas endorfinas que producen felicidad además de relajarte y liberar tensión.

1 comentario en “El estrés”

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